chi kung, meditacion, qi gong, tai chi chuan, yoga

Samskaras, vasanas y vrittis

La palabra vritti tiene una doble acepción. Por una parte, se asocia a lo que también se denomina sankalpa; sankalpa es el acto de pensar. Es el movimiento del pensamiento, el movimiento de la materia mental, al que se le denomina vritti o sankalpa. Por otra parte, vritti es también una condición en la cual empieza a emerger un hábito, empieza a emerger una conducta. Vritti es una conducta que por hábito empieza a ser repetitiva. Cuando esa conducta se afianza, pasa a denominarse vasana. Los vasanas son hábitos mentales con un mayor rango de afianzamiento que los vrittis, y por sucesivos refuerzos pueden pasar a convertirse en samskaras, las tendencias básicas y prioritarias en la vida del ser humano. Finalmente lo que encarna son precisamente los samskaras.

Todo tipo de acción, pensamiento o el simple hecho de mencionar tan solo una simple palabra, deja impresiones en el subconsciente llamadas samskaras, las cuales influenciarán y matizarán tu naturaleza personal, tu carácter, estado moral o mental, pensamientos, palabras, la forma de responder hacia personas o circunstancias, emociones, actitudes, gustos y disgustos, deseos, sensaciones; en concreto, tu vida misma.

Los samskaras pueden definirse como activadores o catalizadores de la conducta humana. Toda actividad en pensamiento, palabra, acción u omisión, así como toda reacción, están influenciadas por nuestros samskaras. Debe entenderse que los pensamientos usualmente generan palabras y acciones. Las palabras y acciones repetidas a menudo forman hábitos, y al repetirse en muchas vidas sucesivas esos hábitos se refuerzan, traduciéndose en tendencias o inclinaciones en nuestra conducta –vasanas-, los cuales nuevamente influencian los procesos de pensamiento y reacciones de la mente, derivando una vez más en acciones.

Existen samskaras y vasanas muy arraigados en ti, que son aquellas acciones tanto positivas como negativas, que has repetido en numerosas ocasiones formando fuertes hábitos o tendencias como consecuencia; éstas influenciarán en una forma contundente tu vida misma.

Para eliminar tus malos samskaras y vasanas, es a través de realizar acciones correctas para así neutralizarlos. Por ejemplo, si eres flojo por naturaleza, entonces tendrás que esforzarte al máximo por vencer esta mala tendencia, trabajando con tesón y con ahínco. De esta manera no tan solo contribuyes a eliminar tu mala tendencia, sino que también estás creando un buen hábito –vasana-, que en este caso podría traducirse como el potencial o habilidad para desempeñar un trabajo.

Profundizando en el concepto de Samskaras

Los samskaras son las huellas, impresiones sutiles de nuestras acciones pasadas. Mientras estamos vivos, continuamente realizamos acciones, pero no todas ellas contribuyen a la formación de los samskaras. Las acciones que realizamos con plena conciencia son las que dejan una mayor huella en nuestra mente. Cuando realizamos tal acción, se deposita una huella o impresión sutil en nuestro campo mental. Cada vez que se repite la acción, la huella se marca más, se vuelve más fuerte. Así es como se forma un hábito. Cuanto más fuerte es el hábito, menos dominio tenemos sobre nuestra mente cuando tratamos de ejecutar una acción que es contraria a él. Todos hemos visto cómo los patrones de hábitos motivan nuestros pensamientos, palabras y acciones de forma sutil, pero poderosa.

Cuando nuestros patrones de hábitos se arraigan tanto que alteran la química de nuestro cuerpo, los llamamos adicción. Cuando se vuelven lo suficientemente fuertes como para alterar nuestro proceso de pensamiento, los llamamos samskara. En esta etapa ya no recordamos cuándo ni cómo comenzó el proceso. Y sin introspección ni recuerdos, no logramos descubrir el lugar de la mente donde se almacenan estos samskaras. Cuando nuestro mundo mental está totalmente bajo la influencia de estas poderosas huellas, ellas se convierten en los factores determinantes de nuestra personalidad y, debido a dichos samskaras, percibimos este mundo de la manera en la que estamos acostumbrados.

El contenido de nuestra mente colorea nuestra percepción de nosotros mismos y de los demás. Cuando hasta nuestro poder de discriminación (el intelecto) está «coloreado» y espontáneamente y sin esfuerzo pensamos, hablamos y actuamos de acuerdo con esas percepciones coloreadas, entonces los samskaras se convierten en vasanas (literalmente, «color» o «agente colorante»). A partir de aquí, no tenemos más remedio que vernos a nosotros mismos y al mundo de acuerdo con estas potentes impresiones generadas por nuestros actos pasados alojadas en nuestro inconsciente.

Finalmente, hay que entender que no es todo negativo, las buenas acciones crean samskaras positivos, las malas acciones crean samskaras negativos. En el largo viaje de la vida, hemos realizado todo tipo de acciones: correctas e incorrectas, buenas y malas. Nuestra mente es un depósito de samskaras positivos y negativos, depende de nosotros ejercer o no nuestra fuerza de voluntad y determinación para fortalecer o eliminar algunos de ellos.

Es por eso que las prácticas espirituales están diseñadas para ayudarnos a eliminar nuestros samskaras negativos mientras que, simultáneamente, los reemplazamos por positivos. Una de estas prácticas es Vipassana. También Los actos desinteresados atenúan de inmediato tus samskaras negativos e infunden en tu mente la motivación de hacer más acciones buenas y prometedoras.

Los Samskaras se manifiestan como Emociones y Sensaciones

Las emociones son un estado transitorio de la mente. Hacen ver como importante algo que no lo es, o hacen ver como pobre algo que sí tiene importancia. Las emociones se caracterizan por ser altamente inestables y cambiantes, duran poco, pero mientras lo hacen arrastran a quien siente hacia cualquiera de los extremos del dolor o la alegría.

Las emociones son estados primarios de la mente. A tal punto son básicas que, cuando eres consciente de ellas y te sitúas en un punto firme de ti mismo, desaparecen de la esfera consciente. Son como sombras que se deshacen cuando las iluminas con un foco de luz. Las emociones son como los fantasmas: se esconden en la oscuridad, pero cuando hay luz simplemente se desvanecen. La mejor manera de controlar las emociones es estar atento al mismo momento donde ellas aparecen. Si esperas mucho tiempo en localizarla y la emoción se instaura, ya no podrás desalojarla de tu mente; como cuando manchas tu ropa con vino y no la lavas inmediatamente: entonces ya no puedes retirar la mancha.

Si aprendes a estar atento a cada cosa que haces, entonces aprenderás claramente a notar cuándo una emoción quiere aparecer. Notarás su presencia tan fácilmente como cuando detectas que un coche aparece en la esquina de tu casa para pasar por el frente y luego alejarse. A diferencia del coche, cada vez que veas el nacimiento de la emoción ella perderá intensidad hasta finalmente desaparecer.

Ser consciente del nacimiento y muerte de las emociones es una acto de profunda claridad y estabilidad (y es la base de la meditación). Las emociones son variadas; algunas te llevan a la alegría, otras al pesar. Muchas de ellas se disfrazan con atuendos de miedo o tristeza, algunas veces con pesar o llanto. Pero debes siempre saber que, sin importar cuál sea su vestimenta, siempre la «atención presencial» es una luz capaz de diluir cualquiera de sus disfraces.

No es necesario «aguantar» emociones, tal como no es necesario dejar de comer o de dormir. Aguantas las emociones porque asumes que tienen vida propia. Ellas se nutren de los hábitos de pensar cotidianamente en algo insano. El primer paso para contrarrestarlas es no alimentarlas con tu pensamiento. Dedícate a atender todo lo que la vida te otorga en tu presente, y solo ve a ellas cuando ese presente te lo solicite. Si así lo haces, tu mente se verá libre de tener que recordar cosas innecesarias y de vestirlas con las emociones del placer y el dolor, efectos que suelen siempre ser comunes. Cuando tu mente, acostumbrada a merodear solo por el presente, se afiance en él, entonces podrás experimentar exaltaciones estables y duraderas en el tiempo. Ellas te alimentarán y te acompañarán por siempre.

Meditando refinamos los samskaras

El cerebro está compuesto por dos hemisferios, el derecho y el izquierdo. El hombre, hoy en día, está dominado por el hemisferio izquierdo, pero cuando meditamos con regularidad despertamos el hemisferio derecho, que es el que está más ligado a la espiritualidad, y vamos refinando los samskaras. Como los samskaras son parte del ego, al refinar los samskaras refinamos también el ego, y entonces vemos realmente quiénes somos, cómo somos… y no lo que creíamos ser.

Al meditar descendemos desde la mente consciente, atravesando el subconsciente que es donde residen los samskaras, hasta llegar al nivel más profundo, nuestra mente supraconsciente. De esta manera, atraemos la energía que allí reside y la llevamos hacia la mente consciente, y la impresión que se manifiesta y se evidencia en la conciencia, si se permaence ecuánime al observarse, sin reaccionar, ese samskara se evapora, se desprende, se sublima. Gracias a este proceso vamos adquiriendo un grado mayor de consciencia.

Los samskaras pueden residir en niveles muy profundos de la mente, como si fuesen las raíces de un árbol, y aunque después de un tiempo meditando tal vez creamos que ya hemos limpiado algunos de ellos, las capas más profundas pueden seguir saliendo en otras etapas de nuestra vida.

Como meditadores no debemos preocuparnos por estos grandes samskaras, porque si meditamos regularmente el proceso de refinamiento se producirá de forma muy gradual y sutil, y éstos sólo se presentarán cuando estemos preparados y tengamos la fuerza interior para afrontarlos.

A veces podemos llegar a un desequilibrio por pensar que tenemos más cosas de las que podemos llevar hacia delante, pero en realidad es nuestra mente la que nos hace creer que esas dificultades que estamos experimentados son mucho mayores de lo que realmente son. Y aunque en algún momento sabremos que tenemos que enfrentarnos a esos samskaras, también sabremos y confiaremos en que tenemos la fuerza suficiente para hacerlo. Por lo tanto, no hemos de preocuparnos por el futuro, más bien ocupémonos del día a día ya que el futuro dependerá de lo que hagamos hoy.

2 comentarios en “Samskaras, vasanas y vrittis”

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