chi kung, tai chi chuan, yoga

Qi Gong, el Arte de Entrenar nuestra Energía

Percibimos la vida con demasiada frecuencia como una sucesión de tareas pendientes. Siempre queda algo por hacer o en lo que pensar. A diario las exigencias, impuestas o propias, nos llevan a subir en una cinta infinita donde el estrés es el que marca los tiempos. En esa triple maratón de acciones, pensamientos y emociones, la energía se pierde en el camino y la ansiedad y/o las dolencias físicas hacen acto de presencia. El cuerpo y la mente van a su propio ritmo y éste termina arrastrándonos a un lugar en el que no desearíamos estar.

Para contrarrestar este estilo de vida y reencontrar nuestro equilibrio contamos con el Qi Gong (o Chi Kung). Esta práctica milenaria china se traduce como el arte de cultivar la energía para que circule correcta y armoniosamente por nuestro organismo. Yang Jwing-Ming descubre en su libro La raíz del Chi Kung chino algunos de sus secretos. En el entrenamiento hay que tener presente, explica, los tres tesoros: el jing, la esencia; el chi, la energía interna, y el shen, el espíritu. Para conseguir el bienestar hay que conservarlos fuertes y sanos. chikung

¿Qué es el ‘Qi’?

Según la filosofía china, el Qi es esa fuerza natural que llena todo el Universo. Se encuentra en el cielo, tierra y todos los seres vivos. Actualmente, no existe ninguna definición científica unánimemente aceptada. Algunos piensan que es energía eléctrica, otros magnética o calor. Un chi debilitado o bloqueado puede ser el germen de enfermedades y de malestar emocional, de ahí la importancia de reactivarlo para garantizar el buen funcionamiento del organismo. El trabajo con la energía es la base también de la acupuntura o del shiatsu japonés.

En China, el Chi Kung es considerado como una de las cinco ramas de la medicina y forma parte del proceso terapéutico habitual en los centros sanitarios. Hastimagesca5t3ijma hace relativamente poco tiempo sólo se conocía en los círculos de las artes marciales o en el ámbito religioso budista y taoísta. Durante los últimos veinte años sus beneficios se han abierto al gran público y no resulta difícil ver en los parques a ciudadanos chinos dibujando con su cuerpo Las Ocho Piezas del Brocado, una de las secuencias de movimientos más conocida.

La práctica, en la que se combinan posturas estáticas con ejercicios de tensión (estiramientos o torsiones) y de relajación, constituye un trabajo aeróbico de intensidad baja/moderada, que se ajusta a toda condición física o edad, y a través del cual se ejercita también la flexibilidad articular y la postura corporal. Pero lejos de ese plano puramente físico, esta disciplina lleva a entrar en un estado de meditación y a descubrir la esencia de uno mismo. Un camino hacia el interior que requiere constancia y esfuerzo.

Isabel Calpe, antropóloga, dedicó su tesis doctoral, presentada en 2001, al estudio de sus efectos en la salud, pero también a las repercusiones en la forma de vida, y la construcción de la identidad a partir de una conciencia integral. El seguimiento que hizo a varios practicantes que realizaban junto a ella ejercicios en un jardín de París, algunos en silla de ruedas, le llevó a constatar que constituye un método de sanación eficaz, tanto a nivel preventivo como de curación. El proceso no pretende sólo eliminar los síntomas sino llegar a la raíz de la enfermedad, que en ocasiones tiene un componente emocional.

Cuando la energía de las extremidades aumenta, el chi fluye mejor por los canales, lo que suele producir una sensación de calor (buena señal). Se eliminan así las obstrucciones y se nutren los órganos, que son, según la medicina tradicional china, los que sufren las consecuencias de nuestros excesos porque cada uno está asociado a una emoción. Los pulmones, a la tristeza; los riñones, al miedo; el corazón, a la euforia y el hígado, a la ira. El bazo está vinculado a la reflexión.wuqinxi

«La desarmonía se produce por factores externos -patógenos, climáticos… -e internos, como las emociones. Es natural sentir ira, rabia, tristeza, pero si no se expresan se pueden llegar a cronificar, creando un desajuste a nivel energético», según explica Núria Leonelli, directora del barcelonés Instituto Qigong.

El cambio vital que se produce a través de esta práctica, cuando es constante, se manifiesta también en la relación con el entorno.

La práctica supone «un modo de meditación y conciencia»; hallar el «equilibrio y bienestar emocional». «Es como tomar un multivitamínico».

En ese baile energético en el que volvemos a ser una unidad con nosotros mismos y con el Universo, nos movemos simulando pintar el arco iris, ser una grulla, un tigre o un dragón. Nuestra mente recupera la calma, nuestro cuerpo mayor armonía y flexibilidad y adquirimos un nivel de conciencia superior. Todo fluye. El chi y, también, las respuestas vitales. «El gran camino siempre empieza por un primer paso«.


Fuente:http://www.elmundo.es/vida-sana/bienestar/2016/01/30/568fa74cca4741bc398b464b.html


		

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