Solemos creer que hay que “Hacer cosas” para ser alguien o para conseguir algo que nos satisfacerá. Sin embargo, todo lo que nos obligamos a hacer: (“hacer por hacer”), no suele durar, y a menudo se desvanece y cae, como las hojas caducas de un árbol. Y no es solo cuestión del resultado efímero, sino de la cantidad de energía que se gasta en el proceso.
Pues nadar contra la corriente, forzar a la vida para que sea como queremos, es luchas contra el viento soplando en su contra… solo lograremos una cosa: Cansarnos. Y para qué? Para no disfrutar, para estar tensos, resintiéndonos, rechazando lo que es? A quién queremos agradar?
Eso solo sirve para acumular estrés, desdicha e insatisfacción.
El Ser da frutos porque se proyecta al mundo tal cual es, sin intencionalidad, sin desear que algo sea de un modo en particular, por lo tanto sin querer controlar nada, por el contrario dejando que todo fluya, y entonces uno se deja llevar por la corriente del río de la vida, sin esfuerzo, entregando su voluntad a lo que es, y asi uno solo ES. De este modo consigue sentirse pleno y realizado.
Será cosa de disfrutar lo más que se puede, cada paso que se da, cada día que se vive.; disfrutando la belleza de todo cuanto nos rodea. Al fin y al cabo somos el mismo que llegará a la meta. No hay apuro, ni logros. Ya somos ahora.
Todo lo que se hace con amor no cuesta esfuerzo.
Hacer sin hacer, es vivir sin forzar los acontecimientos intuyendo el ritmo armónico de la vida y siendo una nota equilibrada y oportuna en la escala musical global, no desentonando, sino «siendo» en «sintonía«, sólo así se componen hermosas melodías musicales…
El secreto está en estar en conexión con Todo, sentirnos a nosotros mismos, y auto conocernos para saber qué podemos aportar al conjunto.
Cuando vivimos de esta manera, todo «se hace sin hacer«, todo fluye para nosotros –porque cedemos-, todo funciona porque nos hemos convertido en un grano de polen que se deja mecer y llevar por la brisa dónde la sabia madre Naturaleza lo deposite, allá donde hace falta, allá donde todo encaja a la perfección.
Sin reaccionar, sin controlar, sin rechazar. Solo Ser, Fluir y Aceptar.