El principio de Resonancia designa la capacidad que tiene la vibración de llegar más allá, a través de las ondas vibratorias y provocar una vibración similar en otro cuerpo. Es decir es la capacidad que tiene una frecuencia de modificar a otra frecuencia. Nuestro cuerpo tiene la capacidad de absorber resonancia, de estar resonando y de vibrar en la misma onda porque esta compuesto más de un 70% por agua.
Si uno deja caer una piedra en un estanque, se forman ondas concentricas que se van expandiendo, cada molecula de agua llega de esta manera a moverse. Algo parecido ocurre cuando se coloca el Cuenco sobre la palma de la mano y se hace sonar. Las ondas del Cuenco se trasladan al cuerpo y se expanden en forma de ondas concentricas. En ese sentido, el Dr. Jeffrey Thompson, director del Centro de Investigaciones Neuroacústicas en el Instituto de Ciencias Humanas de California, afirma: «Dado que el sonido viaja cinco veces mejor por el agua que por el aire la estimulación en el cuerpo de la frecuencia sonora es una forma muy eficaz de estimulación corporal integral, sobre todo a nivel celular. El estímulo directo del tejido celular vivo, utilizando la vibración de la frecuencia de sonido, ha mostrado un marcado metabolismo celular y con ello la posible movilización de una respuesta celular de curación.»
Los Cuencos Sonoros emiten diferentes frecuencias y durante el masaje se observan cuales son las ondas agradables para la persona. Dependiendo de las molestias que presente se puede saber cuales son las Frecuencias que necesita. Intuición y experiencia dejan reconocer si la persona y el Cuenco armonizan. Los Cuencos Tibetanos pueden vibrar bien, porque el cuerpo sirve como conductor de resonancia.
También El doctor Gaynor, autor del libro “Sonidos que Curan” y director del Departamento de Medicina Oncológica e Integrativa del centro Strangh-Cornell para la prevención del cáncer de Nueva York, ha utilizado con éxito el sonido de los Cuencos y otras técnicas sonoras en cientos de pacientes. Sonido que como explica en sus conferencias y libros «Influye en el proceso de curación alterando las funciones celulares mediante efectos energéticos, de tal manera, que los sistemas biológicos funcionen con más homeostasis, calmando la mente y con ello relajando el cuerpo físico. A la vez altera las emociones que influyen en los neurotransmisores y neuropéptidos, que ayudan a regular el sistema inmunitario. Por lo tanto la música, el sonido organizado, tiene potentes efectos emocionales que estimulan recuerdos, asociaciones y estados psicológicos altamente desarrollados con un claro impacto en nuestros sistemas de curación”.
Escribe Samuel Soriano en su libro «Budismo y vibración» : «Fabien Maman, compositor francés, ha explorado y documentado la influencia específica que las ondas sonoras ejercen en las células. Investigó durante un año, usando la fotografía microscópica, el efecto del sonido de baja frecuencia (30 a 40 decibelios) en las células humanas y en células cancerosas (cáncer de útero) y observó durante veinte minutos su reacción ante sonidos emitidos por un gong, un xilófono, una guitarra acústica y la voz humana cantando a capella. El gong, rico en armónicos provocó que las células cancerosas estallaran. Sin embargo, lo más relevante fue que la voz humana desorganizó la estructura celular cancerígena, Fabien Maman dedujo que la voz tiene una vibración más poderosa que cualquier instrumento musical y le atribuyó este poder a la Conciencia que es capaz de poner el ser humano en ella.
Para el Dr. Steven Halpern, el sonido es una onda portadora de Conciencia, y dependiendo de dónde esté situada la conciencia de un individuo cuando crea un sonido, éste lleva información de ese estado a la persona que lo reciba. Por ejemplo, si estamos enfadados y creamos un sonido, aunque sea un sonido agradable, estaremos trasmitiendo el enojo que se encuentra incorporado en ese sonido y será percibido sutil e inconscientemente por aquellos que lo perciban.
Jonathan Goldman considera esto como la intención o el propósito que se halla detrás del sonido, explicando con ello que la intención es la conciencia de nuestra mente, es decir, la armonización de la energía sagrada en nosotros, la energía creadora dentro de nosotros. La intención indica la conciencia de sanar y hacer felices a los que nos rodean, para recibir el mismo regalo de manera recíproca. La intención es la energía detrás del sonido que ha sido creado.
También Fabien Maman descubrió que los glóbulos rojos de la sangre cuando estaban sujetos a una escala cromática de frecuencias alteraban su color y forma (usó para ello diapasones), y así observó que la nota LA (440Hz) las cambió a color rosado, la nota DO las hizo alargadas y la nota MI las volvió esféricas. Las células cancerosas se desintegraban entre 400 y 480Hz en las notas LA-SI, llegando a la conclusión de que es posible que ciertas vibraciones refuercen las células y los tejidos sanos e inhiban las células enfermas.
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