Después de ser importado de China, el té verde empezó a beberse en monasterios y mansiones de la aristocracia y de la elite guerrera dominante en el siglo XII aproximadamente. El té se bebió primero como una forma de medicina, y en monasterios para mantenerse uno despierto durante la meditación. Las primeras ceremonias del té fueron ocasiones para hacer ostentación de utensilios preciosos en grandes salones o para celebrar fiestas ruidosas en las que los participantes adivinaban los orígenes de los distintos tés. Finalmente, a través de la influencia de los maestros del budismo zen de los siglos XIV y XV, los procedimientos para servir el té delante de invitados pasaron a ser la forma de mejora espiritual con la que millones de estudiantes practican ahora el “camino del té” en las diferentes escuelas existentes en la actualidad.
Un maestro zen del siglo XV– Murata Juko (1422–1502) –rompió todos los convencionalismos al celebrar un ritual del té para la aristocracia en una humilde habitación de cuatro esteras y media. El maestro de la ceremonia del té que perfeccionó el ritual fue Senno Rikyu (1522–1591). Rikyu era hijo de un rico comerciante de Sakai, cerca de Osaka, el puerto comercial más próspero de Japón en el siglo XVI. Gracias a su origen pudo acudir a las ceremonias del té de los ricos, pero lo que más le interesó fue la forma en que los monjes consideraban el ritual del té como la personificación de los principios del zen para apreciar lo sagrado en la vida cotidiana. Siguiendo el ejemplo de Juko, Rikyu eliminó de la habitación del té y del estilo de preparación todo lo que no era esencial, y desarrolló un ritual del té en el que ningún movimiento era inútil y ningún objeto resultaba superfluo.
En lugar de usar recipientes importados caros en un salón de recepciones lujoso, hizo té en una cabaña con techo de paja usando solamente una simple tetera de hierro, un sencillo recipiente laqueado donde tenía el té, una cucharita y un batidor para batir el té hecho de bambú y una sencilla escudilla de arroz para beber el té.
La única decoración en una habitación de té del estilo Rikyu es un pergamino colgante o un florero colocado en la hornacina. Debido a la falta de decoraciones, los participantes apreciaban mejor los detalles y se deban cuenta de la simple belleza que los rodeaba y de ellos mismos.
La esencia de la ceremonia del té de Rikyu fue el concepto de wabi. Wabi significa literalmente “desolación”. La filosofía zen toma el lado positivo de esto y dice que la mayor riqueza se encuentra en la desolación y en la pobreza, porque miramos nuestro propio interior y encontramos allí la verdadera riqueza espiritual, cuando no encontramos nada que nos ata a las cosas materiales. Su estilo de hacer el té se llama por lo tanto wabi-cha.
Después de la muerte de Rikyu, su nieto, y posteriormente sus tres biznietos, continuaron con el estilo Rikyu. Mientras tanto, otras variaciones de wabi-cha fueron apareciendo bajo la influencia de ciertos caudillos guerreros, cuya elevada posición social les exigía emplear utensilios más sofisticados y maneras y procedimientos más elaborados que los del sencillo wabi-cha. Aparecieron nuevas escuelas, pero bien se puede decir que el espíritu de wabi-cha constituye el centro de todos ellos. Cuando la clase guerrera fue abolida en la era moderna de Japón (principiosde1868), las mujeres pasaron a ser las que más practicaban la ceremonia del té.
Esta ceremonia fue algo que todas las jóvenes necesitaban estudiar para adquirir unos modales elegantes y para aprender a apreciarla estética. Al mismo tiempo, los líderes políticos y de negocios y los coleccionistas de objetos de arte usaron la ceremonia del té como vehículo para coleccionar y disfrutar de objetos de arte.
Las escuelas de la ceremonia del té más grandes de la actualidad son Urasenke y Omotesenke, que fueron fundadas por los dos biznietos de Rikyu. Bajo su influencia y la de otras escuelas importantes, el “camino del té” está siendo enseñado en todo el mundo, mientras que en Japón, los hombres y las mujeres están volviendo a evaluar el “camino del té” como un medio valioso para obtener el dominio de la vida.
fuente: web-japan.org